La última petición en el Modelo de Oración mira hacia el futuro cuando oramos, "Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal" (Mateo 6:13).

Esta es una oración que cada creyente debe orar a diario, porque todos somos vulnerables a sucumbir a la tentación. Un bromista dijo sinceramente, "Si un hombre se despierta y encuentra su casa en llamas, no se sientan en una silla y escribe o lee un tratado sobre el origen de los incendios en una casa privada, él determina extinguir el fuego y salvar su casa."

¿Dónde está el fuego en su casa? Cada uno de nosotros tiene un punto diferente de la vulnerabilidad. Lo que es una tentación brutal para una persona, puede dejar  a otro impasible, y viceversa. Toda persona tiene un punto débil que si no es cuidadoso puede arruinar su vida.

"No nos metas en tentación." La palabra para "tentación" tiene el significado básico, "a prueba". Cuando esto es usado por Satanás  tentándonos es con el fin de causarnos que fallemos la prueba.

¿Somos lo suficientemente honestos con Dios para pedirle que nos mantenga fuera de las circunstancias y situaciones tentadoras, porque sabemos de la experiencia de nuestra fe que no podríamos soportarlas? ¿Jugamos con las tentaciones en lugar de orar que Dios nos mantendrá lejos de ellas?

La Biblia nos dice que Dios no tienta a nadie (Santiago 1:13). Pero tenemos una vieja naturaleza, que siempre es capaz de pecar, y que está en guerra contra el Espíritu Santo. Gálatas 5:17 explica que tanto el Espíritu Santo y la carne están en constante actividad de incesante conflicto. "porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis."

"Más líbranos del mal." La palabra "librar" (ruomai) significa "rescatar, salvar, librar o proteger a alguien de algo o alguien." Cuando el creyente está caminando en la dependencia del Espíritu, él es liberado de la lujuria de la carne. Sea cual sea es  realizada en la energía de la carne, fallaremos, porque no es en el poder de Dios. La única forma en que podamos ser liberados de nuestra vieja naturaleza es por el Espíritu trabajando en nosotros (Rom. 6:14; 8:2). La mayoría de los cristianos espirituales son advertidos a  orar diariamente, "y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal." Si no lo estamos, nos exponemos al fracaso en vivir la vida cristiana.

Es nuestra responsabilidad caminar en el Espíritu, contar con el poder de la  morada de Cristo que vive en nosotros, poniendo fuera el viejo hombre, mortificando la carne y morando en Cristo.

La liberación del poder del pecado es a través de Jesucristo (Rom. 7:25). Romanos 6:1-10 nos enseña que la naturaleza caída del creyente ha sido juzgada por la co-crucifixión, la co-muerte, la co-sepultura con Cristo, lo que hace posible la morada del Espíritu Santo para responder a esta petición del creyente.

El "mal" se puede traducir "el malo", que significa el diablo, o puede significar el mal en el sentido ético. Aquí probablemente es el mal elemento en la vida.

El Espíritu Santo nos libra del poder del pecado en nuestra vida cotidiana. Hemos sido librados de la pena del pecado por el sacrificio expiatorio de Jesucristo. En el momento en que ponemos nuestra fe en Cristo como nuestro Salvador, nosotros fuimos perdonados de nuestros pecados y la seguridad de que nuestra deuda ha sido pagada en su totalidad.

Esta oración trata con el poder del pecado en nuestra vida cotidiana. Desde el lado humano depende de nuestra actitud de fe en la muerte de Cristo y la acción de fe tomando a Dios en Su palabra y dependiendo en la morada del Espíritu Santo para superar la tentación. Nunca habrá un momento en la vida del cristiano, cuando él no necesitara depender del Espíritu Santo. El justo por la fe vivirá- La fe la cual depende del poder de la morada del Espíritu Santo. Esto es lo que significa morar en el Espíritu o morar en Cristo.

La doxología "Porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén" (Mat. 6:13b) fue añadido más tarde en los manuscritos como  un cierre apropiado litúrgico a la oración. Todo el poder, el honor y la gloria pertenecen al SEÑOR Dios.

Nuestra mayor defensa contra la caída en el pecado es la presencia de Jesucristo que vive en nosotros, y nuestra dependencia de Él. "¿Qué haría usted, si de repente encuentra a Cristo de pie junto a usted?" Es una buena pregunta para hacernos frecuentemente a nosotros mismos. ¿Cómo vivir entonces? Es en su "presencia ineludible" esto nos impide a nosotros ceder a la tentación.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin